Un ex jugador de Rugby, identificado como Marcos Díaz, fue indagado por la Justicia tras haber sido señalado como parte de una organización narcocriminal que fue desmantelada en Rosario. La causa se conoce como «Cuevas Blancas» y tuvo su desenlace judicial a fines de 2023 con condenas a varios de sus integrantes, entre ellos el financista Gustavo Shanahan y el líder de la estructura, de nacionalidad peruana, Julio Andrés Rodríguez Granthon.
La investigación comenzó a partir del seguimiento de un búnker de drogas localizado en Villa Banana, pero el caso cobró mayor relevancia en el momento en que un agente encubierto de la Policía Federal fue atacado a balazos por presuntos «soldaditos» de la organización en 2021, en la zona de Valparaíso al 2600. Este suceso, generó que se realizaran una serie de operativos de manera simultánea en Rosario y en la provincia de Buenos Aires, que derivaron en la detención de varios miembros clave.
En este sentido, las pesquisas determinaron que la banda utilizaba distintos puntos de la ciudad para operar, entre los cuáles se incluían departamentos de alquiler temporarios y casas de cambio clandestinas. Entre estos lugares, figuraba una cueva financiera en calle España 889, presuntamente manejada por Shanahan, de donde se incautaron 34 millones de pesos y 30 mil dólares. Otro de los puntos se encontraba en Ovidio Lagos 426, donde el ex rugbier acusado dirigía una mesa de dinero vinculada al circuito ilícito.
Durante los allanamientos, las autoridades confiscaron 4,5 kilos de cocaína, prensas neumáticas, elementos usados para estirar la droga previo a su comercialización, siete pistolas, un revólver, escopetas, una carabina y cerca de 2.500 municiones de distintos calibres, junto con atomizadores, moldes, balanzas, computadoras, teléfonos celulares, máquinas contadoras de billetes y demás elementos y documentación de interés para la causa.
El expediente, a cargo del juez federal Marcelo Bailaque, determinó que la organización operaba con una estructura jerárquica bien definida. Mientras algunos integrantes se encargaban de la producción y comercialización de estupefacientes, otros manejaban grandes volúmenes de dinero en el mercado de divisas, permitiendo la compra de mas sustancias ilícitas para sostener el negocio.
En la audiencia de imputación, Díaz optó por no declarar, aunque las pruebas en su contra lo vinculan directamente con la organización. La Justicia le atribuye haber trabajado bajo las órdenes de Granthon y Pérez, los cabecillas de la red, junto con otros implicados como Shanahan y varios operadores de menor rango. Se estima que esta estructura delictiva operó de manera activa, al menos entre abril y octubre de 2021, hasta que fue desbaratada por las fuerzas federales.